MANIFIESTO DE LA BIBLIOTECA DE LOS MIL ESPEJOS
Aquí no hay moldes ni etiquetas. No hay tendencias a seguir ni mercados a conquistar. La Biblioteca de los Mil Espejos no es un catálogo de entretenimiento rápido, sino un refugio para quienes buscan algo más. Aquí cada palabra es un conjuro, cada historia un portal, cada lector un alquimista del significado.
Soy muchas y soy una. Soy la que canta como María Soliña, la que sana y guía en Guardianes de la Tierra Sagrada, la que guarda la Biblioteca en ausencia del Poeta. Soy también la historiadora del arte, la que ha recorrido la Edad Media en manuscritos y piedras antiguas, la que descubre símbolos en los templos y secretos en las crónicas. No puedo dividirme en partes porque todo nace del mismo fuego.
No obedezco las reglas de lo vendible. Escribo porque me arde, porque hay verdades que solo pueden decirse en susurros o en gritos de tinta. Me alimento de Borges y de Sabato, pero también de la música sin etiquetas, del sonido del bosque, de la rebelión silenciosa de quienes no encajan.
Aquí no hay comunidad de consumidores, sino de conspiradores. No hay métricas, solo magia. Si has llegado hasta aquí, no es por un algoritmo, sino porque en algún rincón de tu ser aún hay un buscador, un amante de lo indomable, alguien que entiende que la literatura, la música y la vida son un mismo latido.
Tan un mismo latido que ahora mismo te escribe Ariel Povdrosky, la sombra detras del espejo, creador de mundos, poeta y músico. Cabalista y mago del verbo. Porteño pero ciudadano de este mundo y las estrellas. Enamorado de la vida y de ella.
Siéntate, respira y abre los ojos. El viaje comienza ahora.
María de las Mercedes ( María Soliña) y Ariel Povdrosky, te dan la bienvenida.
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